jueves, 28 de marzo de 2013


Estudio de cohortes que evalúa la asociación entre hiperglucemia y mortalidad a 30 días en pacientes con insuficiencia cardiaca aguda.
A pesar de que diversos estudios indican que la hiperglucemia se asocia a un pronóstico desfavorable en pacientes con cardiopatía isquémica, su valor a corto plazo en la insuficiencia cardiaca aguda es controvertido. En este contexto cobra sentido este estudio de cohortes, multicéntrico, que analiza el valor de la glucemia en el momento del diagnóstico de insuficiencia cardiaca aguda para predecir la mortalidad a los 30 días.
Se analizaron 6.212 sujetos que acudieron a Urgencias y fueron diagnosticados de insuficiencia cardiaca aguda (según los criterios de las guías de la Sociedad Europea de Cardiología), procedentes de 12 cohortes de Europa central y occidental, Estados Unidos, Asia y África, tras excluir aquellos casos en los que no se disponía de la glucemia, evolución a los 30 días o antecedente de diabetes mellitus. La edad media de los pacientes analizados fue de 72 años, 52,5% eran varones y la glucemia media 7,5 mmol/L (135 mg/dl). El 41% de pacientes estaban diagnosticados de diabetes mellitus, en torno a la mitad de insuficiencia cardiaca (la otra mitad se consideró como insuficiencia cardiaca “de novo”) y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo se situó en torno al 40% de media. A los 30 días de seguimiento, 618 pacientes (10%) habían fallecido. Comparados con los supervivientes, la glucemia media de los fallecidos fue significativamente mayor (8,9 mmol/L frente a 7,4 mmol/L; p<0.0001). Además, en el análisis multivariado la hiperglucemia (definida como mayor de 7 mmol/L en pacientes no diabéticos o mayor de 10 mmol/L en diabéticos) se comportó como un predictor independiente de mortalidad a 30 días (odds ratio 2,19; IC 95% 1,69-2,83; p<0,001). El riesgo asociado a la hiperglucemia se mostró consistente en todos los subgrupos analizados, incluyendo aquellos con función sistólica de ventrículo izquierdo conservada (hazard ratio 5,41; IC 95% 2,44-12,0; p<0,0001) y deprimida (hazard ratio 2,37; IC 95% 1,57-3,59; p<0,0001).
Los autores concluyen que en pacientes con insuficiencia cardiaca aguda, la hiperglucemia en el momento de la presentación se asocia de manera independiente a una mayor mortalidad a los 30 días.


Valor pronóstico de la hiperglucemia en la insuficiencia cardiaca aguda

Comentario

En este estudio de cohortes multicéntrico se objetiva una fuerte correlación entre la hiperglucemia en el momento de la presentación de un episodio de insuficiencia cardiaca aguda y mayor mortalidad a los 30 días. Aunque ya es conocido el efecto deletéreo de la hiperglucemia en diversas situaciones clínicas como el infarto agudo de miocardio, ictus, patología pulmonar y el enfermo crítico en general, hasta la fecha, no existían datos concluyentes en la insuficiencia cardiaca aguda. La pregunta que se plantea ante estos resultados es si la hiperglucemia actúa únicamente como marcador de un mayor riesgo, reflejo de una mayor actividad del sistema adrenérgico y suprarrenal o, por el contrario, tiene, por si misma, efectos nocivos que influyen en la evolución de estos pacientes, para lo cual es importante tener en cuenta una serie de consideraciones. En primer lugar, parece claro que la elevación persistente y prolongada de la glucemia tiene efectos perjudiciales sobre el corazón, como muestran la asociación entre elevación de hemoglobina glicosilada e incremento de las cifras de troponina ultrasensible y la reducción de eventos cardiovasculares relacionada con el control intensivo de la glucemia. Otro dato importante, la hiperglucemia incrementa los ácidos grasos libres circulantes en el torrente sanguíneo, originando su mayor captación por las células miocárdicas, donde tienen potencial arritmogénico. En tercer lugar, la hiperglucemia se ha asociado a efectos negativos tanto en el cardiomiocito, alterando el metabolismo cálcico y estimulando la apoptosis, como en la matriz extracelular, siendo causa de remodelado al favorecer la acción de las metaloproteasas. También es importante recordar que la hiperglucemia en el seno del infarto agudo de miocardio es un predictor de un mayor riesgo de desarrollo de insuficiencia cardiaca. Por último, la hiperglucemia también se asocia a otros efectos nocivos sobre el sistema cardiovascular, como disfunción endotelial, inflamación vascular y aterogénesis acelerada. Así pues, todos estos argumentos nos inducen a considerar a la hiperglucemia como un agente nocivo, que tiene un papel activo en la mala evolución de estos pacientes, alterando la función de bomba y favoreciendo las arritmias, y por tanto, no como un mero “testigo pasivo” de una mayor gravedad del cuadro clínico. No obstante, los datos disponibles en la actualidad no corroboran de manera indiscutible esta teoría, por lo que constituye un interesante campo para futuros trabajos de investigación.  
La importancia de este trabajo radica fundamentalmente en sus importantes implicaciones clínicas. Por un lado, destaca el importante papel pronóstico de la glucemia en este grupo de pacientes, por otro, deja abierta la puerta para el diseño de un ensayo clínico de intervención que evalúe la utilidad de una estrategia de control intensivo de la glucemia en la insuficiencia cardiaca aguda.
El estudio tiene algunas limitaciones. En primer lugar, no se dispone de los valores de hemoglobina glicosilada ni de determinaciones seriadas de la glucemia durante la estancia hospitalaria, por lo que no es posible saber si estos datos mejorarían la estratificación del riesgo. Tampoco se dispone de datos del tratamiento hospitalario de la diabetes mellitus o la hiperglucemia. Por tanto, sería interesante incluir en el diseño de futuros trabajos tanto hemoglobina glicosilada, como evolución de la glucemia durante la estancia hospitalaria y tratamiento hipoglucemiante instaurado. Otra limitación del estudio radica en el hecho de que es posible que pacientes que no se consideraron diabéticos al ingreso en realidad padecieran una diabetes no diagnosticada, aunque es poco probable que este hecho haya alterado los resultados del estudio, dada su consistencia en todos los subgrupos.

Referencia

  • Alexandre Mebazaa, Etienne Gayat, Johan Lassus, Taly Meas, Christian Mueller, Aldo Maggioni, Frank Peacock, Jindrich Spinar, Veli-Pekka Harjola, Roland van Kimmenade, Atul Pathak, Thomas Mueller, Luigi Tavazzi,  Salvatore diSomma, Marco Metra, Domingo Pascual-Figal, Said Laribi, Damien Logeart, Semir Nouira, Naoki Sato, Jiri Parenica, Nicolas Deye, Riadh Boukef, Corinne Collet, Greet Van den Berghe, Alain Cohen-Solal, James L. Januzzi, for the GREAT Network.
Bypass coronario
El bypass coronario
El bypass coronario es la intervención cardíaca más común. Más de 230.000 personas se realizan con éxito esta intervención cada año en los Estados Unidos.


Las arterias pueden obstruirse con el tiempo debido a la acumulación de placa grasa. El bypass permite mejorar el flujo sanguíneo al corazón creando una nueva ruta o derivación alrededor de una sección obstruida o dañada de la arteria.
La operación consiste en coser una sección de una vena de la pierna o una arteria del pecho u otra parte del cuerpo a fin de sortear la sección obstruida o dañada de la arteria coronaria. El procedimiento crea una nueva ruta por la que puede fluir la sangre, para que el músculo cardíaco pueda recibir la sangre rica en oxígeno que necesita para funcionar 
adecuadamente.
Durante la operación de bypass, se divide el esternón, se detiene el corazón y la sangre circula por una máquina de circulación extracorpórea. A diferencia de otros tipos de intervenciones cardíacas, no se abren las cavidades del corazón durante la operación.
Lo que puede esperar
Salvo que sea un caso de urgencia, al programarse la intervención, se elegirá una fecha que sea conveniente tanto para usted como para su cirujano. Al aproximarse la fecha de la intervención, asegúrese de comunicarle al cirujano y al médico todo cambio en su estado de salud. Si contrae un catarro o una gripe, estas enfermedades pueden producir infecciones que podrían demorar su recuperación. Infórmele al médico si tiene síntomas tales como fiebre, escalofríos, tos o secreciones nasales.
Además, recuerde al cardiólogo y al cirujano todos los medicamentos que esté tomando, especialmente los medicamentos de venta libre, tales como la aspirina o los que puedan contener aspirina. Prepare una lista de todos los medicamentos y tráigala consigo al hospital.
Siempre es mejor obtener instrucciones detalladas sobre el procedimiento del médico y del cirujano, pero a continuación encontrará información general sobre lo que puede esperar como paciente que se somete a una operación de bypass.
Antes de la estancia en el hospital
La mayoría de los pacientes son ingresados en el hospital el día anterior a la intervención o, en algunos casos, la mañana de la intervención.
Se le pedirá que se bañe la noche anterior a la intervención a fin de reducir la cantidad de microbios en la piel. Tras su ingreso en el hospital, se lavará, se desinfectará con un antiséptico y, de ser necesario, se afeitará la zona operatoria.
El medicamento que se utiliza para dormir al paciente se denomina «anestésico». El riesgo de sufrir complicaciones de la anestesia es menor si el paciente está en ayunas. Por eso se le pedirá que no coma ni beba nada después de la medianoche del día anterior a la intervención. Si come o bebe algo después de la medianoche, es importante que notifique al anestesiólogo y al cirujano.
Si fuma, el médico le pedirá que deje de fumar por lo menos dos semanas antes de la intervención. Fumar antes de una intervención quirúrgica puede dar lugar a problemas relacionados con la coagulación de la sangre y la respiración.
El día de la intervención
Antes de la intervención, posiblemente deba realizarse un electrocardiograma (ECG), algunos análisis de sangre y orina, y una radiografía de tórax, para que el cirujano cuente con la información más reciente sobre su estado de salud. Se le administrará algo para relajarlo (un leve sedante) antes de llevarlo al quirófano.
Se le colocarán en el pecho pequeños discos de metal denominados «electrodos». Estos electrodos se conectan a un electrocardiógrafo que registrará el ritmo y la actividad eléctrica del corazón. Se le administrará un anestésico local para insensibilizar la zona donde se introducirá un tubo plástico (denominado «vía») en una arteria de la muñeca. Una vía intravenosa (IV) se introducirá en una vena. La vía IV se empleará para administrarle el anestésico durante la operación.
Una vez que esté usted totalmente dormido, se le introducirá en la tráquea un tubo que se conectará a un aparato denominado «respirador», cuya función es mantener la respiración. Otro tubo se introducirá por la nariz y el esófago hasta llegar al estómago. Este tubo impedirá que se acumulen líquidos y aire en el estómago para que, al despertarse, no sufra de náuseas ni distensión abdominal. Se le introducirá en la vejiga un tubo delgado denominado «sonda», para conducir al exterior la orina producida durante la intervención.
En la mayoría de las intervenciones de bypass se utiliza una máquina de circulación extracorpórea. La máquina es operada por un perfusionista o especialista en flujo sanguíneo. Antes de conectarlo a esta máquina, se le administrará un diluyente de la sangre (anticoagulante) para evitar que la sangre coagule. El equipo quirúrgico es dirigido por un cirujano cardiovascular e incluye otros cirujanos ayudantes, un anestesiólogo y personal de enfermería quirúrgica.
Tras conectarlo a la máquina de circulación extracorpórea, se detendrá y enfriará el corazón.
Posiblemente se extirpe un trozo largo de una vena de la pierna (la vena safena). Ese trozo de vena se denomina «injerto». Un extremo del injerto se suturará a la aorta ascendente, la gran arteria que transporta sangre rica en oxígeno del corazón al resto del cuerpo. El otro extremo del injerto se suturará a una arteria coronaria, debajo de la obstrucción. El cirujano puede utilizar una arteria del interior de la pared torácica (la arteria mamaria interna) en lugar de la vena safena, o puede usar tanto la vena como la arteria. El procedimiento puede tomar entre 2 y 6 horas, según la cantidad de injertos que se necesiten.
Tiempo de restablecimiento
Anticipe una estancia en el hospital de aproximadamente una semana, durante la cual permanecerá de uno a tres días en la unidad de terapia intensiva.
La vida después de un bypass
Tras una operación de bypass, deberá limitar su consumo de grasa y colesterol. El médico posiblemente le recomiende caminar o nadar para recuperar las fuerzas. También es posible que le recomiende un programa de rehabilitación cardíaca. Estos programas pueden ayudarlo a implementar cambios en su estilo de vida tales como adoptar un nuevo régimen alimenticio, comenzar un plan de ejercicio físico, dejar de fumar y aprender a controlar mejor el estrés.
Como la operación de bypass no cura la enfermedad cardíaca subyacente (aterosclerosis), los medicamentos serán una parte importante de su tratamiento posterior. Es muy probable que deba tomar un reductor del colesterol y unantiplaquetario.
Si trabaja en una oficina, típicamente podrá reintegrarse al trabajo dentro de 4 a 6 semanas. Si en cambio ocupa un puesto físicamente exigente, posiblemente deba esperar más tiempo. En algunos casos extremos, podría ser necesario buscar un empleo que no sea tan físicamente exigente. Entre el 20 y el 30 por ciento de los pacientes que se someten a una operación de bypass necesitarán un segundo procedimiento dentro de 10 años.
Bypass mínimamente invasivo
El bypass coronario mínimamente invasivo se realiza mediante incisiones más pequeñas. Puede requerir el uso de un injerto de arteria mamaria. También pueden usarse las venas safenas. El procedimiento puede realizarse sin detener el corazón y algunos pacientes incluso pueden irse del hospital dentro de las 48 horas siguientes. Esta operación sólo se realiza en aquellos pacientes cuyas obstrucciones pueden sortearse a través de esta incisión más pequeña y cuyo riesgo de sufrir complicaciones es bajo.
Revascularización transmiocárdica con láser (RTML)

Como los demás órganos y tejidos del organismo, el músculo cardíaco necesita sangre rica en oxígeno para sobrevivir. El corazón recibe esta sangre de las arterias coronarias. Pero en los pacientes con una enfermedad arterial coronaria (EAC), las arterias coronarias están obstruidas y dañadas, y no pueden suministrar suficiente sangre al corazón. El aporte deficiente de sangre rica en oxígeno al corazón se denomina isquemia.
Este aporte deficiente de oxígeno al músculo cardíaco aumenta el riesgo de sufrir un ataque al corazón y puede causar una afección dolorosa denominada angina de pecho. Los pacientes que sufren de angina de pecho a menudo dicen sentir una sensación de asfixia, o presión o ardor en el pecho. El dolor generalmente se manifiesta cuando el corazón tiene una mayor necesidad de sangre, por ejemplo, durante el ejercicio físico, después de comer o en momentos de estrés.
La mayoría de las veces, el mejor tratamiento para la angina de pecho es elbypass coronario. Pero para algunos pacientes que tienen una enfermedad cardiovascular muy grave u otros problemas de salud, la intervención de bypass podría ser demasiado peligrosa. Además, algunos pacientes podrían haberse realizado ya muchos bypass coronarios y no poder realizarse intervenciones adicionales de bypass.
Para los pacientes que no pueden someterse a una intervención de bypass, existe un procedimiento denominado «revascularización transmiocárdica con láser» o RTML. La RTML no cura la EAC pero puede reducir el dolor de la angina de pecho.
La revascularizaciýn transmiocýrdica con lýser
Angioplastia con balón y colocación de stents







La enfermedad arterial coronaria (EAC) afecta a más de 16 millones de estadounidenses, siendo por tanto el tipo más común de enfermedad cardiovascular. La causa más frecuente de la EAC es una enfermedad denominada «aterosclerosis» que se produce cuando se forma una sustancia cérea dentro de las arterias que riegan el corazón. Esta sustancia, denominada «placa», está compuesta de colesterol, compuestos grasos, calcio y una sustancia coagulante denominada «fibrina». A medida que se acumula la placa, la arteria se estrecha, dificultando el flujo de sangre al corazón.
lustraciýn de una arteria enferma.

A medida que aumenta el grado de obstrucción, se reduce el flujo de sangre al corazón y puede aparecer un síntoma denominado «angina de pecho». Los pacientes que sufren de angina de pecho a menudo dicen sentir una sensación de asfixia, o presión o ardor en el pecho. El dolor generalmente se produce cuando el corazón necesita un mayor aporte de sangre, como durante el ejercicio físico o en momentos de estrés emocional. Con el tiempo, la arteria parcial o totalmente obstruida puede ocasionar un ataque cardíaco.
Pueden emplearse varios medicamentos para aliviar el dolor de la angina de pecho ocasionada por la EAC. Sin embargo, como los medicamentos no pueden limpiar las arterias obstruidas, una arteria coronaria muy estrechada podría necesitar más tratamiento para reducir el riesgo de un ataque cardíaco. Una opción es realizar una intervención coronaria percutánea (ICP), tal como una angioplastia con balón o la colocación de un stent.
¿Qué es la angioplastia con balón?
La angioplastia, que abre las arterias estrechadas, es un procedimiento realizado por cardiólogos intervencionistas, utilizando un tubo largo y delgado denominado «catéter» que lleva un pequeño globo (o balón) en la punta. Los médicos inflan el globo en el lugar de la arteria donde se encuentra la obstrucción para comprimir la placa contra la pared arterial. La angioplastia también se denomina «angioplastia coronaria transluminal percutánea» (ACTP).
¿Qué es un stent?
Ilustraciýn del procedimiento de colocaciýn de stent.El stent es una malla metálica de forma tubular. Cuando se implanta un stent dentro de una arteria coronaria, éste actúa como un soporte o armazón para mantener abierto el vaso sanguíneo. El stent, al mantener abierto el vaso, contribuye a mejorar el flujo de sangre al músculo cardíaco y a reducir el dolor de la angina de pecho. Los procedimientos de colocación de stent generalmente se realizan junto con una angioplastia con balón. Es más, alrededor del 80 por ciento de los pacientes que se someten a una angioplastia con balón también reciben un stent.
¿Qué puedo esperar durante una angioplastia con balón o un procedimiento de colocación de stent?
Los procedimientos se realizan en el laboratorio de cateterización cardíaca.
Generalmente se indica a los pacientes que no coman ni beban nada después de la medianoche anterior al procedimiento. Si es diabético, hable con el médico sobre su alimentación y dosis de insulina, porque ayunar puede afectar a los niveles de azúcar en sangre.
Hable con el médico sobre los medicamentos que esté tomando, ya que posiblemente le indique que los suspenda antes del procedimiento. Esto es especialmente importante si está tomando diluyentes de la sangre o agentes antiplaquetarios. Podría ser útil traer una lista de sus medicamentos, para que los médicos sepan exactamente qué está tomando y en qué dosis. Probablemente deba realizarse unos análisis de sangre, un electrocardiograma y una radiografía de tórax antes del procedimiento.

Foto de un laboratorio de cateterizaciý
Laboratorio de cateterización
En el laboratorio de cateterización, verá pantallas de televisión, monitores cardíacos y monitores de presión. Lo acostarán sobre una camilla que generalmente se encuentra cerca de una máquina de rayos X.
Le colocarán sobre el pecho pequeños discos de metal denominados «electrodos». Estos electrodos tienen cables denominados «derivaciones» que se conectan a un electrocardiógrafo. Este aparato monitorizará su ritmo cardíaco durante el procedimiento.
Para prevenir las infecciones, se le afeitará y limpiará la zona donde se introducirá el catéter.
Se le introducirá en el brazo una aguja conectada a un tubo. Ésta es la vía intravenosa o IV. Se le administrará un sedante suave por la vía IV para relajarlo durante el procedimiento.
Se le inyectará un anestésico para entumecer la zona donde se introducirá el catéter. La punción posiblemente le duela un poco. Una vez que el anestésico haya entumecido la zona, le realizarán una pequeña incisión en la piel. Cuando los médicos vean la arteria en la cual se introducirá el catéter, utilizarán una aguja especial para penetrarla. El catéter se introduce típicamente en una arteria de la pierna, el brazo o la muñeca. Muchos médicos utilizan la arteria de la pierna; sin embargo, el acceso arterial radial (por la muñeca) es cada vez más común. No debe sentir dolor alguno durante esta parte del procedimiento.
El catéter se introduce cuidadosamente en la arteria hasta llegar al corazón. Los médicos emplean un monitor de video (parecido a una pantalla de televisión) para ver el proceso. Cuando el catéter llega a la arteria obstruida, se inyecta un colorante inocuo (un medio de contraste) y los médicos obtienen una imagen de las arterias coronarias (lo que se denomina «angiograma coronario»). El angiograma permite ver el tamaño y la ubicación de la obstrucción.
Una vez que los médicos conocen la ubicación exacta de la obstrucción, introducen lo que se denomina un «alambre guía» por la misma arteria de la pierna y lo avanzan hasta cruzar la obstrucción. Luego, se pasa el catéter con el globo por encima de este alambre guía y se avanza hasta llegar al lugar de la obstrucción, donde se infla el globo. A medida que el globo se dilata, presiona contra la placa de ateroma, comprimiéndola contra la pared arterial. Luego se desinfla el globo. Los médicos pueden inflar y desinflar el globo varias veces. A continuación, se retiran el catéter, el alambre guía y el globo desinflado.
Si los médicos desean colocar un stent dentro de la arteria, éste se coloca en el extremo del catéter, por encima del globo. Cuando el catéter llega al lugar de la obstrucción, se infla el globo, lo cual hace que el stent se abra. Una vez abierto el stent, se desinfla el globo y se retiran el catéter, el alambre guía y el globo desinflado, dejando el stent en su lugar para mantener abierta la arteria.
Al finalizar la intervención, se presionará firmemente sobre el sitio donde se introdujo el catéter a fin de detener toda posible pérdida de sangre, y se colocará una venda.
El procedimiento generalmente toma alrededor de una hora y media a dos horas y media, y la mayoría de los pacientes deben pasar la noche en el hospital. Es posible que sienta algo de sueño hasta que desaparezcan los efectos del sedante. El personal de enfermería lo vigilará durante la noche para asegurarse de que la frecuencia cardíaca y la presión arterial sean normales.
¿Qué sucede después del procedimiento?
Después de marcharse del hospital, asegúrese de beber muchos líquidos, y no conduzca, no se bañe ni fume durante uno o dos días después del procedimiento. Además, no permanezca parado ni camine mucho durante al menos los dos días siguientes al procedimiento. Si recibió un stent, no debe hacer ejercicio físico intenso durante 30 días.
Si fue sometido a una angioplastia con o sin la colocación de stents, deberá tomar aspirina todos los días, el resto de su vida. Si se le colocó un stent, deberá tomar un diluyente de la sangre o un antiplaquetario durante por lo menos un año. El médico le indicará cómo y cuándo tomar estos medicamentos.
Alrededor de un 35 a un 40 por ciento de los pacientes que se someten a una angioplastia con balón corren el riesgo de sufrir obstrucciones adicionales en la zona tratada. Esto se denomina «reestenosis». La reestenosis normalmente se produce dentro de los seis meses siguientes a la realización de una angioplastia con balón. Las arterias en las que se han colocado stents también pueden volver a cerrarse. Se produce reestenosis en alrededor del 20 por ciento de los pacientes con stents. De producirse una reestenosis, posiblemente deba realizarse otra angioplastia con balón o procedimiento de colocación de stent.
¿Puede prevenirse la reestenosis?
Los médicos tratan continuamente de encontrar nuevas maneras de evitar que las arterias vuelvan a cerrarse tras una angioplastia o la colocación de un stent. En años recientes, los médicos han empleado nuevos tipos de stents. Algunos de ellos están recubiertos de medicamentos que reducen la posibilidad de que el vaso sanguíneo se cierre nuevamente. Estos stents recubiertos liberan lentamente el medicamento en el tejido circundante, lo cual retarda o detiene el proceso de reestenosis. Los stents recubiertos parecen ser prometedores en lo que respecta a mejorar el éxito de este procedimiento a largo plazo.
Los investigadores también están diseñando stents más pequeños y stents hechos a medida, que pueden introducirse en vasos sanguíneos más pequeños. También están diseñando stents para vasos sanguíneos que tienen muchas obstrucciones, incluso vasos sanguíneos con ramificaciones. Otros stents se están recubriendo con diluyentes de la sangre para evitar la formación de coágulos sanguíneos dentro del stent. Más recientemente, los investigadores han comenzado a desarrollar stents no metálicos que con el tiempo se disolverán en la arteria. Estos stents abren la arteria, dando los mismos resultados que los stents de metal no recubierto, pero reducen el riesgo de reestenosis porque no permanecen en la arteria.
Marcapasos
Los impulsos eléctricos generados por el músculo cardíaco (el miocardio) estimulan el latido (contracción) del corazón. Esta señal eléctrica se origina en el nódulo sinusal o sinoauricular (SA) ubicado en la parte superior de la cavidad superior derecha del corazón (la aurícula derecha). El nódulo SA también se denomina el «marcapasos natural» del corazón.
Ilustracion del sistema de conduccion electrica del corazon
Cuando este marcapasos natural emite un impulso eléctrico, éste estimula la contracción de las cavidades superiores del corazón (las aurículas). A continuación, la señal pasa por el nódulo auriculoventricular (AV). El nódulo AV detiene la señal un breve instante y la envía por las fibras musculares de las cavidades inferiores (los ventrículos) estimulando su contracción.
El nódulo SA envía impulsos eléctricos con una frecuencia específica pero, aun así, la frecuencia del corazón podría variar según las exigencias físicas o el nivel de estrés o debido a factores hormonales. A veces el nódulo SA no funciona bien, ocasionando latidos demasiado rápidos, demasiado lentos o irregulares. En otros casos, las vías de conducción eléctrica del corazón se encuentran bloqueadas, lo cual también puede ocasionar un ritmo cardíaco irregular.
¿Qué es un marcapasos implantable?
El marcapasos es un pequeño dispositivo alimentado por una batería que ayuda al corazón a latir con un ritmo constante. Los marcapasos pueden ayudar a regular el ritmo del corazón en casos de frecuencia cardíaca lenta, rápida o irregular, o de bloqueo en el sistema de conducción eléctrica del corazón.
El marcapasos puede estimular las cavidades superiores del corazón (las aurículas), las cavidades inferiores (los ventrículos) o ambas. Los marcapasos también pueden utilizarse para impedir que el corazón genere impulsos o envíe impulsos de más.
El marcapasos es aproximadamente del tamaño de una caja de fósforos y consta de dos partes:
  • Un generador de impulsos, que incluye la batería y varios circuitos electrónicos.
     
  • Alambres o cables denominados electrodos, que se fijan a la pared del corazón. Según las necesidades del paciente, el marcapasos puede tener uno o dos electrodos.
El marcapasos es aproximadamente del tamano de una caja de fósforos.
El marcapasos se implanta cerca de la clavícula. Si sólo se necesita un electrodo, éste se coloca en la cavidad inferior derecha (el ventrículo derecho). Si se necesitan dos electrodos, el segundo se coloca en la cavidad superior derecha (aurícula derecha). A continuación, se conectan los electrodos al marcapasos.
La mayoría de las intervenciones de implantación de marcapasos se realizan bajo anestesia local, es decir que el paciente permanece despierto durante el procedimiento y se anestesia la zona donde se implantará el marcapasos para que no sienta nada. El procedimiento típicamente toma una o dos horas.
Una vez implantado el marcapasos, los electrodos transmiten las señales del corazón. El generador de impulsos «lee» estas señales y la batería envía impulsos eléctricos al corazón para estimularlo rítmicamente.
La mayoría de los marcapasos pueden detectar el ritmo cardíaco y apagarse cuando la velocidad de los latidos es superior a un nivel determinado. Se vuelven a encender cuando el latido es demasiado lento. Estos tipos de marcapasos se denominan marcapasos a demanda.
¿Con qué frecuencia debe revisarse el marcapasos?
Tras la implantación del marcapasos, tendrá que ir al médico para realizarse chequeos periódicos. Los marcapasos también pueden revisarse por teléfono. Esto se denomina «monitoreo transtelefónico». Incluso con el monitoreo telefónico, deberá ir al médico para realizarse chequeos periódicos.
Los marcapasos se revisan con un dispositivo denominado «programador». Cuando se coloca el programador encima del marcapasos, puede obtenerse información sobre su funcionamiento. El programador también puede usarse para cambiar los controles del marcapasos.
La batería del marcapasos típicamente dura unos 7 u 8 años. Cuando la batería se agota, debe implantarse un nuevo marcapasos. La intervención para explantar el marcapasos viejo y colocar uno nuevo típicamente requiere anestesia local. En la mayoría de los casos no es necesario cambiar los electrodos originales.
¿Afectan los dispositivos electrónicos al funcionamiento del marcapasos?
La Asociación Americana de Corazón (AHA) advierte que las personas con marcapasos deben ser conscientes de lo que haya a su alrededor y de todo aparato que pueda afectar al funcionamiento del marcapasos.
Los aparatos a continuación no afectan ni dañan los marcapasos. La mayoría de la gente pueden tener contacto con estos aparatos sin necesidad de preocuparse.
  • Radios de banda civil
  • Taladradoras eléctricas
  • Mantas eléctricas
  • Afeitadoras eléctricas
  • Radios de aficionados
  • Almohadillas eléctricas
  • Detectores de metales
  • Hornos de microondas
  • Transmisores de televisión
  • Controles remotos de televisión
  • Aparatos de rayos X
  • Equipos de seguridad aeroportuaria
Los aparatos a continuación  afectan a los marcapasos. Los marcapasos podrían no funcionar correctamente al entrar en contacto con estos dispositivos.
  • Grupos electrógenos
  • Equipos para soldar
  • Algunos aparatos utilizados por los dentistas
  • Máquinas de resonancia magnética
  • Máquinas de radioterapia para el tratamiento del cáncer
  • Equipos pesados o motores con imanes potentes
¿Puedo usar teléfonos celulares si tengo un marcapasos implantado?
Los teléfonos celulares que se utilizan en los Estados Unidos son de menos de 3 vatios y no parecen afectar a los marcapasos. Pero para más seguridad, mantenga el teléfono celular a por lo menos 6 pulgadas de distancia del marcapasos. Cuando utilice el teléfono celular, sosténgalo del lado opuesto del cuerpo al marcapasos. No lleve el teléfono celular en un bolsillo que se encuentre a menos de 6 pulgadas de distancia del marcapasos.
Con el avance de la telefonía celular, será necesario contar con más frecuencias celulares. Según la AHA, algunos teléfonos que utilicen estas frecuencias nuevas podrían afectar al funcionamiento de los marcapasos. Será necesario realizar estudios adicionales para determinar cómo afectarán a los marcapasos estas frecuencias.
Desfibrilador cardioversor implantable (DCI)
Toda irregularidad en el ritmo natural del corazón se denomina «arritmia». Cualquiera puede sentir latidos irregulares en algún momento de su vida, y estas palpitaciones leves e infrecuentes son generalmente inofensivas. Sin embargo, aproximadamente 4 millones de estadounidenses sufren de arritmias recurrentes y típicamente precisan atención médica.
Los impulsos eléctricos generados por el músculo cardíaco (el miocardio) estimulan el latido (contracción) del corazón. Esta señal eléctrica se origina en el nódulo sinusal o sinoauricular (SA) ubicado en la parte superior de la cavidad superior derecha del corazón (la aurícula derecha). El nódulo SA también se denomina el «marcapasos natural» del corazón.
Ilustracion del sistema de conducion electrica del corazon
Cuando el nódulo SA emite un impulso eléctrico, éste estimula la contracción de las cavidades superiores del corazón (las aurículas). A continuación, la señal pasa por el nódulo auriculoventricular (AV). El nódulo AV detiene la señal un breve instante y la envía por las fibras musculares de las cavidades inferiores (los ventrículos) estimulando su contracción.
El nódulo SA envía impulsos eléctricos con una frecuencia específica pero, aun así, la frecuencia del corazón podría variar según las exigencias físicas o el nivel de estrés o debido a otros factores. A veces el nódulo SA no funciona bien, ocasionando latidos demasiado rápidos, demasiado lentos o irregulares. En otros casos, las vías de conducción eléctrica del corazón se encuentran bloqueadas, lo cual también puede ocasionar un ritmo cardíaco irregular.
Las arritmias pueden dividirse en dos categorías: ventriculares y supraventriculares. Las arritmias ventriculares se producen en las dos cavidades inferiores del corazón, denominadas «ventrículos». Las arritmias supraventriculares se producen en las estructuras que se encuentra encima de los ventrículos, principalmente en las aurículas, que son las dos cavidades superiores del corazón.
Las arritmias también se definen según la velocidad de los latidos. La bradicardia es un pulso muy lento, es decir, una frecuencia cardíaca inferior a los 60 latidos por minuto. La taquicardia es un pulso muy rápido, es decir, una frecuencia cardíaca superior a los 100 latidos por minuto. El tipo más grave de arritmia es la fibrilación, que es cuando se producen contracciones no coordinadas de fibras musculares cardíacas individuales.
¿Por qué necesito un desfibrilador cardioversor implantable (DCI)?
Los DCI son para aquellas personas que han tenido una frecuencia cardíaca alta anormal que les produjo un desmayo o afectó a la capacidad de bombeo del corazón. A veces, estas frecuencias cardíacas altas pueden controlarse con medicamentos. Cuando los medicamentos no son eficaces, se puede implantar un DCI.
Los DCI se implantan en pacientes que corren riesgo de:
  • Taquicardia ventricular: cuando las cavidades inferiores del corazón laten en forma independiente con una frecuencia superior a los 100 latidos por minuto.
  • Fibrilación ventricular: cuando las fibras musculares de las cavidades inferiores del corazón se contraen en forma rápida y no coordinada.
  • Muerte súbita cardíaca ocasionada por arritmias.
¿Cómo funciona el DCI?
El DCI es típicamente del tamaño de un buscapersonas (beeper) y consta de dos partes:
  • Un generador de impulsos, que incluye la batería y varios circuitos electrónicos.
  • Alambres o cables denominados electrodos. Según el tipo de DCI, éste puede tener uno o dos electrodos.
El DCI es typicamente del tamayo de un buscapersonas (beeper).
El DCI se implanta debajo de la piel, cerca de la clavícula, en la cintura o por encima de la cintura. Los electrodos se colocan dentro del corazón o sobre su superficie y se conectan al DCI.
La implantación de DCI se ha convertido en un procedimiento muy común. Se realiza bajo anestesia general, pero no es una intervención de corazón abierto. Tras implantar el dispositivo, se realizan estudios electrofisiológicos (EEF) para verificar que el dispositivo funcione correctamente. El procedimiento generalmente toma unas dos horas. El paciente permanece en el hospital por lo menos una noche tras la implantación del dispositivo. También pueden recetarseantiarrítmicos.
Algunos de los dispositivos nuevos más pequeños tienen sistemas de electrodos más sencillos que pueden implantarse mediante un procedimiento de cateterización.
Una vez implantado el DCI, los electrodos monitorizan la frecuencia cardíaca. Si el DCI detecta taquicardia o fibrilación ventricular, envía una ráfaga controlada de impulsos (lo que se denomina «sobreestimulación»). Si esta medida no es eficaz, el DCI envía una descarga eléctrica (o «choque») al corazón para restaurar el ritmo normal. Los DCI más modernos también pueden actuar como un marcapasos en caso de producirse una frecuencia cardíaca lenta (bradicardia).
Cuando se produce una taquicardia o fibrilación ventricular, el DCI registra la frecuencia cardíaca, junto con la fecha y la hora del episodio. También puede registrar qué terapia eléctrica fue necesaria para restaurar el ritmo cardíaco normal.
¿Qué sentiré cuando el DCI me administre un choque?
La taquicardia generalmente se corrige con impulsos eléctricos muy pequeños. Podría sentir un aleteo o palpitaciones (latidos irregulares) o podría no sentir nada en absoluto. La fibrilación podría hacer necesaria la administración de un choque eléctrico. La mayoría de los pacientes describen el choque eléctrico como una sacudida súbita o un golpe en el pecho. Algunas personas se desmayan durante un episodio de fibrilación y no sienten nada cuando se administra el choque. Si una persona lo toca en el momento de recibir usted el choque eléctrico, ésta posiblemente sienta una pequeña sacudida de los músculos, pero no le hará daño.
El médico le dirá que debe hacer tras recibir un choque eléctrico. Algunos médicos piden que los pacientes llamen al consultorio tras recibir un choque. La mayoría de los médicos desearán saber si ha recibido dos o más choques eléctricos en un espacio de 24 horas.
¿Con qué frecuencia debe revisarse el DCI?
Tras la implantación del DCI, tendrá que ir al médico para realizarse chequeos periódicos. Los DCI también pueden revisarse por teléfono. Esto se denomina «monitoreo transtelefónico». Incluso con el monitoreo telefónico, deberá ir al médico para realizarse chequeos periódicos.
El DCI se revisa con un dispositivo denominado «programador». Cuando se coloca el programador encima del DCI, es posible determinar si el DCI está funcionando correctamente, cuánta energía queda en la batería y si el dispositivo ha administrado una terapia. El programador también puede utilizarse para cambiar los valores programables del DCI.
La batería del DCI típicamente dura entre 4 y 8 años, según el número de choques eléctricos administrados. Cuando la batería se agota, debe implantarse un nuevo DCI. En la mayoría de los casos, no es necesario cambiar los electrodos originales.
¿Afectan los dispositivos electrónicos al funcionamiento del DCI?
Si tiene usted un DCI implantado, debe estar siempre consciente de lo que haya a su alrededor. Las herramientas de carpintería y los electrodomésticos comunes, hornos de microondas inclusive, no presentan problemas. Evite acercarse a maquinaria pesada con campos magnéticos o eléctricos potentes (antenas, soldadoras de arco y equipo industrial). El médico le explicará qué debe evitar cuando tenga un DCI implantado.
¿Puedo conducir un auto si tengo un DCI implantado?
Muchos médicos aconsejan no manejar durante unos 6 meses tras la implantación o tras la administración de un choque eléctrico. Hable con el médico si no está seguro si deba o no manejar.
¿Puedo usar teléfonos celulares si tengo un DCI implantado?
Mantenga el teléfono celular a una distancia de por lo menos 6 pulgadas del DCI. Cuando utilice el teléfono celular, sosténgalo del lado opuesto del cuerpo al DCI. No lleve el teléfono celular sobre el cinturón o en un bolsillo que se encuentre a una distancia de menos de 6 pulgadas del DCI.
TRANPLANTE

Trasplante cardíaco








Los primeros trasplantes cardíacos se realizaron hacia fines de la década de los sesenta. Pero no fue sino hasta que se comenzaron a utilizar medicamentos antirrechazo (inmunosupresores) en la década de los ochenta que el procedimiento llegó a ser una operación aceptada. En la actualidad, los trasplantes cardíacos dan esperanzas a un grupo de pacientes que de lo contrario moriría de insuficiencia cardíaca.
El programa de trasplantes del St. Luke's Episcopal Hospital y el Texas Heart Institute (SLEH/THI), establecido en 1982, es uno de los de mayor experiencia y éxito del mundo. Nuestros cirujanos han realizado más de 1150 trasplantes. La clave del éxito del programa es un equipo de trasplantes integrado por profesionales altamente capacitados, entre ellos, cirujanos, cardiólogos, enfermeros, personal de quirófano, asistentes sociales, psicólogos, dietistas, especialistas en rehabilitación y muchos otros. El equipo trata de satisfacer todas las necesidades de los candidatos a trasplante, incluso las emocionales, familiares y financieras.
Motivos para realizar un trasplante
La necesidad de un trasplante cardíaco puede deberse a uno de varios problemas cardiovasculares que dañan el músculo cardíaco. Los dos problemas cardiovasculares más comunes son la enfermedad arterial coronaria (la acumulación de placa en las arterias del corazón) y la cardiomiopatía idiopática (enfermedad del músculo cardíaco de origen desconocido).
A medida que la enfermedad cardiovascular se agrava, el corazón se debilita y va perdiendo la capacidad de bombear sangre rica en oxígeno al resto del organismo. Como el corazón debe esforzarse más para bombear sangre al organismo, trata de compensar aumentando de tamaño (hipertrofia). Con el tiempo, el corazón se esfuerza tanto para bombear sangre que simplemente se «desgasta» y ya no puede satisfacer siquiera las más simples necesidades del organismo. A veces losmedicamentos, los dispositivos de asistencia mecánica cardíaca y otros tratamientos pueden ayudar e incluso mejorar el estado de salud del paciente. Pero cuando estos tratamientos no dan resultado, el trasplante es la única opción.
El primer paso para un trasplante
En la mayoría de los casos, el médico personal es quien hace la primera consulta respecto de un trasplante. Los médicos que se comunican con un equipo de trasplantes hablan de los antecedentes médicos del paciente, su estado actual de salud, su capacidad física, los resultados de los estudios y otra información importante. Se les solicita a estos médicos que envíen los expedientes del paciente al equipo de trasplantes para que pueda estudiar cuidadosamente sus antecedentes médicos. A continuación se realiza una evaluación completa del paciente a fin de determinar la gravedad de la enfermedad y si otros tratamientos serían eficaces.
Los candidatos a trasplante que tienen los mejores resultados son los menores de 60 años de edad que no tienen problemas médicos graves aparte de los relacionados con el corazón. Cuando los pacientes tienen más de 60 años de edad, se considera cada uno individualmente para determinar si serían buenos candidatos.
El aspecto económico
Incluso cuando se satisfacen los requisitos médicos para un trasplante, queda un gran obstáculo económico que debe superarse. El trasplante cardíaco es un procedimiento caro. Medicare y muchos seguros privados cubren el trasplante cardíaco, por lo cual algunas familias no tienen que preocuparse. Pero algunas personas deben pagar por el trasplante con su propio dinero. Con la ayuda de los asistentes sociales, directores financieros y otros profesionales del hospital, los pacientes que no tienen seguro o ahorros suficientes pueden encontrar otras fuentes de financiación. Aún así, la responsabilidad final del pago del trasplante recae en el paciente y su familia.
La espera por un corazón nuevo
Una vez que el paciente es aceptado en un programa de trasplantes, comienza la espera por un corazón nuevo. Una serie de factores determina el lugar que ocupa un paciente en la lista de espera por un corazón donado, entre ellos, el grupo sanguíneo y el tamaño del corazón (factores que deben ser compatibles con los del donante), el estado de salud del paciente y cuánto tiempo puede esperar por un corazón nuevo. El orden de los pacientes en la lista de espera puede cambiar. A veces, algunos pacientes mejoran lo suficiente gracias a otros tratamientos, como para ser borrados de la lista. El estado de salud de otros pacientes, en cambio, podría agravarse, en cuyo caso su nombre subiría en la lista.
El uso de dispositivos de asistencia ventricular izquierda ha reducido la urgencia para encontrar un corazón donado. Estos dispositivos se conectan al corazón durante una operación. Ayudan al corazón a bombear (dándole tiempo para descansar) hasta que pueda trasplantarse un corazón sano. Algunos de estos dispositivos pueden mantener con vida a los pacientes durante muchos meses y mejorar considerablemente su calidad de vida y estado general de salud. En algunos casos, el estado del corazón puede mejorarse lo suficiente con sólo dejarlo descansar, como para evitar un trasplante.
La ley de la oferta y la demanda
Para muchos pacientes lo más difícil del proceso de trasplante es la espera por un corazón donado. Nadie sabe cuándo se recibirá la llamada o cuánto tiempo durará la espera. Lamentablemente, esta parte del proceso está fuera del control humano.
La demanda de corazones donados es superior a la oferta. En todo momento, hay aproximadamente 3.000 pacientes en la lista de espera nacional de trasplantes cardíacos, pero se donan sólo unos 2.200 corazones por año para trasplantes. En los Estados Unidos, la United Network for Organ Sharing o UNOS (Red Unida para la Distribución de Órganos) establece el orden de prioridad para trasplantes cardíacos, agrupando a los pacientes según la gravedad de su enfermedad cardiovascular. Esto permite que se considere primero a los pacientes que más necesitan un trasplante. Los grupos se clasifican de la siguiente manera:
  • Estado 1A: incluye pacientes muy enfermos que necesitan inótropos o asistencia mecánica (dispositivos de asistencia ventricular izquierda) en forma constante; estos pacientes tienen una esperanza de vida inferior a un mes sin un trasplante.
  • Estado 1B: incluye pacientes en estado estable que necesitan inótropos o asistencia mecánica (dispositivos de asistencia ventricular izquierda) en forma constante; estos pacientes tienen una esperanza de vida superior a un mes sin un trasplante.
  • Estado 2: todos los pacientes que no satisfacen los criterios precedentes.
Los corazones donados generalmente se obtienen de gente que ha fallecido de lesiones que no han afectado al corazón. Puede ser difícil encontrar candidatos a trasplantes compatibles con estos donantes. En primer lugar, los pacientes que sufren traumatismos deben ser llevados a un hospital y ser identificados como donantes rápidamente. El hospital debe contar con autorización para extraer el corazón del donante. Deben realizarse estudios médicos y análisis de laboratorio para determinar el estado del corazón donado y el grupo sanguíneo del donante. Cuando el donante y el candidato se encuentran en diferentes puntos del país, se convierte en una carrera contra el tiempo. Un corazón donado no debe permanecer fuera del cuerpo durante más de cuatro horas ya que puede deteriorarse. En los Estados Unidos, 141 programas de trasplantes aprobados por la red UNOS trabajan juntos para asegurar que cada corazón donado que pueda ser utilizado lo sea.
Termina la espera
El paciente debe llevar siempre consigo un buscapersonas (beeper) para poder ser notificado de inmediato en cuanto haya un corazón disponible. Tras recibir la noticia tan esperada, es fundamental actuar rápidamente. El paciente debe someterse a una evaluación final y se le realizan análisis de laboratorio en el hospital antes de ser llevado al quirófano. Si no hay complicaciones, un trasplante toma aproximadamente tres horas.
Tras el trasplante, el paciente permanece uno o dos días en la sala de reanimación, dos o tres días en la unidad de terapia intensiva y aproximadamente siete días en una habitación privada en la unidad de trasplantes. Durante este tiempo, el paciente es vigilado constantemente y se le realizan estudios tales como biopsias cardíacas periódicas. La biopsia cardíaca consiste en extirpar pequeños trozos de tejido del corazón nuevo a fin de determinar si el organismo está rechazando el órgano. Durante un período de tres meses tras el alta del hospital, el paciente debe regresar para realizarse chequeos periódicos. Estos chequeos permiten que los miembros del equipo de trasplantes detecten de inmediato los síntomas de un rechazo u otra complicación.
Aunque la mayoría de los trasplantes son exitosos, algunos no tienen los resultados esperados. En algunos casos, el corazón donado simplemente no funciona. Esto se denomina «fallo del injerto» y se pone de manifiesto en el quirófano o inmediatamente después de la intervención quirúrgica. Otra de las principales causas de fracaso es el «rechazo del tejido». El sistema inmunitario sabe que el corazón donado es un tejido extraño y trata de destruirlo, como si fuera un virus o algún otro patógeno. La única manera de detectar síntomas de rechazo es mediante biopsias periódicas de tejido cardíaco.
Las personas que han recibido un trasplante tienen un mayor riesgo de infección, especialmente durante los tres meses siguientes al trasplante, debido a los medicamentos que deben tomar para evitar un rechazo. Estos medicamentos, denominados «inmunosupresores», hacen más difícil para el organismo combatir las enfermedades. A veces debido a estos medicamentos una infección puede convertirse en un problema médico grave mucho tiempo después del trasplante.
Vuelta a la vida normal
Con el cuidado debido y siguiendo los consejos del médico, los pacientes que tienen la suerte de recibir un corazón donado pueden llevar una vida plena y productiva.


Información general sobre cirugía cardiovascular

Se realizan miles de intervenciones cardíacas todos los días en los Estados Unidos. Tan sólo en el año 2009, se realizaron casi416.000 procedimientos de bypass coronario. Y aunque existe una escasez de órganos donados, en el año 2010 más de 2.300 personas recibieron trasplantes cardíacos.

Hace años, muchos médicos pensaban que la cirugía cardiovascular era un sueño. Durante la Segunda Guerra Mundial, los cirujanos habían aprendido a operar el corazón pero no podían poner en práctica lo aprendido porque era difícil operar un corazón que latía y se movía. Además, no era posible detener el corazón por más de unos pocos minutos sin causar daño cerebral.
Dos adelantos importantes en medicina hicieron posible la cirugía cardiovascular:
  • La máquina de circulación extracorpórea, que asume las funciones del corazón.
  • Las técnicas de enfriamiento corporal, que permiten prolongar el tiempo de la intervención sin causar daño cerebral.
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Los perfusionistas operan la máquina de circulación extracorpórea durante una intervención de corazón abierto.

¿Qué es la máquina de circulación extracorpórea?
La máquina de circulación extracorpórea también se denomina máquina de derivación cardiopulmonar. Asume las funciones del corazón encargándose de la acción de bombeo y oxigenando la sangre. De esta manera, el corazón permanece inmóvil durante la operación, lo cual es necesario para abrir el corazón (cirugía de corazón abierto). Como la máquina de circulación extracorpórea asume las funciones del corazón, los cirujanos pueden operar un corazón que ni se mueve ni está lleno de sangre.
Cuando el paciente está conectado a una máquina de circulación extracorpórea, ésta realiza las mismas funciones que realizarían el corazón y los pulmones. La máquina transporta la sangre desde la cavidad superior derecha del corazón (la aurícula derecha) a un recipiente especial denominado «oxigenador». Dentro del oxigenador las burbujas de oxígeno se mezclan con la sangre y se introducen en los glóbulos rojos. Esto hace que la sangre cambie de color rojo oscuro (pobre en oxígeno) a rojo vivo (rica en oxígeno). A continuación, un filtro retira las burbujas de aire de la sangre rica en oxígeno y la sangre pasa por un tubo de plástico hasta llegar al principal conducto de sangre del organismo (la aorta). Desde la aorta, la sangre llega al resto del organismo.
La máquina de circulación extracorpórea puede suplir las funciones del corazón y los pulmones por varias horas. Unos técnicos capacitados denominados «perfusionistas» (especialistas en flujo sanguíneo) se aseguran de que la máquina funcione correctamente durante la intervención quirúrgica. Aun así, los cirujanos tratan de limitar el tiempo que los pacientes permanecen conectados a la máquina.
¿Qué son las técnicas de enfriamiento?
Las técnicas de enfriamiento permiten detener el corazón durante períodos prolongados sin dañar el tejido cardíaco. Las temperaturas bajas evitan que el tejido cardíaco se dañe porque reducen la necesidad de oxígeno del corazón.
El corazón puede enfriarse de dos maneras:
  • La sangre se enfría al pasar por la máquina de circulación extracorpórea. A su vez, esta sangre enfriada reduce la temperatura corporal al introducirse en el organismo.
  • Se baña el corazón en agua salada (solución salina) fría.
Cuando el corazón se ha enfriado se enlentece y se detiene. La inyección de una solución especial de potasio en el corazón puede acelerar este proceso y detener el corazón por completo. De esta manera, el tejido cardíaco generalmente no sufre daños durante unas 2 a 4 horas. 


Una intervencion de bypass coronario vista desde la copula de observacion
Una intervención de bypass coronario vista desde la cúpula de observación.



¿Quién está en el quirófano durante la intervención? 


Durante una intervención cardíaca, un grupo altamente capacitado trabaja en equipo. La siguiente es una lista de las personas que están en el quirófano durante una intervención cardíaca.
  • El cirujano cardiovascular, que dirige el equipo quirúrgico y realiza las partes clave de la intervención.
  • Los cirujanos ayudantes, que siguen las instrucciones del cirujano cardiovascular.
  • El anestesiólogo cardiovascular, que administra los medicamentos que duermen al paciente durante la intervención (anestesia). El anestesiólogo se asegura de que el paciente reciba la cantidad adecuada de medicamento durante la cirugía y se encarga de vigilar el respirador, que es el aparato que sustituye la respiración del paciente durante la intervención.
  • El perfusionista, que opera la máquina de circulación extracorpórea.
  • Las enfermeras cardiovasculares, que han recibido capacitación especial para ayudar durante una intervención cardíaca.
¿Qué tipos de intervenciones cardíacas y vasculares existen?
En la actualidad, se realizan muchas intervenciones diferentes del corazón y los vasos sanguíneos.
Bypass coronario
Esta es la intervención cardíaca más común. También se la denomina bypass aortocoronario con injerto, derivación aortocoronaria, bypass aortocoronario, revascularización quirúrgica o intervención de bypass.
La operación consiste en coser una sección de una vena de la pierna o una arteria del pecho u otra parte del cuerpo a fin de sortear una sección de una arteria coronaria dañada. El procedimiento crea una nueva ruta por la que puede pasar la sangre, para que el músculo cardíaco pueda recibir la sangre rica en oxígeno que necesita para funcionar adecuadamente.
Durante una intervención de bypass, se divide el esternón, se detiene el corazón y la sangre se deriva a una máquina de circulación extracorpórea. A diferencia de otros tipos de intervenciones cardíacas, no se abren las cavidades del corazón durante una intervención de bypass.
Cuando hablamos de un bypass simple, doble, triple o cuádruple, nos referimos al número de arterias que se sortean. El número de derivaciones no indica necesariamente la gravedad de la enfermedad cardiovascular.

Reparación o sustitución valvular
El corazón bombea la sangre en una sola dirección. Las válvulas cardíacas desempeñan un papel clave en este flujo unidireccional de sangre, al abrirse y cerrarse con cada latido. Los cambios de presión detrás y delante de las válvulas les permiten abrir sus «puertas» que son como hojuelas (denominadas «valvas») precisamente en el momento debido y luego cerrarlas firmemente para evitar el retroceso de la sangre.
Dos de los problemas más comunes de las válvulas que requieren una intervención quirúrgica son:
  • La estenosis, que significa que las valvas no se abren lo suficiente y sólo puede pasar una pequeña cantidad de sangre por la válvula. Se produce una estenosis cuando las valvas se engrosan, se endurecen o se fusionan. Es necesario realizar una intervención quirúrgica para abrir la válvula existente o sustituirla por una nueva.
  • La regurgitación, que también se denomina «insuficiencia» o «incompetencia», significa que la válvula no cierra bien y permite que se produzca un escape retrógrado de sangre en lugar de que ésta fluya hacia adelante como corresponde. Es necesario realizar una intervención quirúrgica para ajustar o sustituir la válvula.
La reparación quirúrgica de una válvula implica la reconstrucción de la válvula por un cirujano, para que ésta funcione correctamente. La sustitución valvular consiste en sustituir una válvula existente por una válvula biológica (hecha de tejido animal o humano) o por una válvula mecánica (hecha de materiales tales como el plástico, el carbono o el metal).

Cirugía antiarrítmica
Toda irregularidad del ritmo natural del corazón se denomina «arritmia». Las arritmias típicamente se tratan primero con medicamentos. Otros tratamientos pueden incluir:
  • La cardioversión eléctrica, que es cuando el cardiólogo o cirujano emplea unas paletas para administrar una descarga eléctrica al corazón a fin de normalizar el ritmo cardíaco.
  • La ablación con catéter, que es cuando el cardiólogo emplea un instrumento especial para destruir las células que causan la arritmia. El procedimiento se realiza en el laboratorio de cateterización cardíaca.
  • Dispositivos de estimulación y control del ritmo, tales como los marcapasosy los desfibriladores cardioversores implantables (DCI).Estos dispositivos pueden implantarse en el quirófano o el laboratorio de cateterización.
Cuando estos tratamientos no son eficaces, podría ser necesaria una intervención quirúrgica. Un tipo de intervención antiarrítmica es la cirugía de Cox (técnica de laberinto). En esta intervención, los cirujanos crean un «laberinto» de nuevas vías de conducción eléctrica para que los impulsos eléctricos puedan propagarse fácilmente por el corazón. La cirugía de Cox se utiliza típicamente para tratar un tipo de arritmia denominada «fibrilación auricular». La fibrilación auricular es el tipo más común de arritmia.

Reparación de aneurismas
Un aneurisma es una dilatación parecida a un globo que se produce en un vaso sanguíneo o en la pared del corazón. Se produce un aneurisma cuando se debilita una pared de un vaso sanguíneo o del corazón. La presión de la sangre empuja la pared hacia afuera y forma lo que podría describirse como una ampolla. Los aneurismas a menudo pueden repararse antes de que se rompan.
La intervención quirúrgica para repararlos entraña sustituir la sección debilitada del vaso sanguíneo o corazón con un parche o tubo sintético (un injerto).
Los aneurismas en la pared del corazón se producen típicamente en la cavidad inferior izquierda (ventrículo izquierdo). Estos aneurismas se denominan «aneurismas ventriculares izquierdos» y pueden formarse tras un ataque cardíaco. (Un ataque cardíaco puede debilitar la pared del ventrículo izquierdo.) Si un aneurisma ventricular izquierdo ocasiona un latido irregular o una insuficiencia cardíaca, posiblemente deba realizarse una intervención de corazón abierto para extirpar la parte dañada de la pared.

Revascularización transmiocárdica con láser (RTML)
La angina de pecho es el dolor que se manifiesta cuando uno de los vasos sanguíneos del corazón (denominados «arterias coronarias») se daña y no puede suministrar suficiente sangre a una parte del corazón para satisfacer su necesidad de oxígeno. El aporte deficiente de sangre rica en oxígeno al corazón se denomina «isquemia». La angina generalmente se produce cuando el corazón tiene una mayor necesidad de sangre rica en oxígeno, por ejemplo, durante el ejercicio físico. La angina casi siempre es ocasionada por una enfermedad arterial coronaria (EAC).
La revascularización transmiocárdica con láser (RTML) es un procedimiento que consiste en emplear un láser para crear pequeños canales en el músculo cardíaco, a fin de que la sangre pase directamente al músculo cardíaco desde una de las cavidades del corazón. Al aumentar el flujo de sangre, el corazón recibe más oxígeno. Este procedimiento sólo se realiza como último recurso. Por ejemplo, podría realizarse en pacientes que han sido sometidos a muchas intervenciones de bypass coronario y no pueden someterse a otra.

Endarterectomía carotídea
La enfermedad de las arterias carótidas es una enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos que conducen a la cabeza y el cerebro. Al igual que el corazón, las células del cerebro necesitan un constante suministro de sangre rica en oxígeno. Esta sangre llega al cerebro por medio de las dos grandes arterias carótidas ubicadas en la parte delantera del cuello y las dos arterias vertebrales más pequeñas ubicadas en la parte trasera del cuello. Las arterias vertebrales derecha e izquierda se unen en la base del cerebro y forman la denominada arteria basilar. Un accidente cerebrovascular (o ataque cerebral) se produce más comúnmente cuando la placa grasa obstruye las arterias carótidas y el cerebro no recibe suficiente oxígeno.
La endarterectomía carotídea es el tratamiento quirúrgico más común para la enfermedad de las arterias carótidas. Primero se realiza una incisión en el cuello en el lugar donde se encuentra la obstrucción. A continuación se introduce un tubo por encima y por debajo de la obstrucción para derivar el flujo sanguíneo, a fin de poder abrir la arteria carótida y limpiarla.
La endarterectomía carotídea también puede realizarse empleando una técnica con la cual no es necesario derivar el flujo sanguíneo. En este procedimiento se detiene el flujo de sangre sólo el tiempo suficiente para limpiar la arteria.

Trasplante cardíaco
Los primeros trasplantes cardíacos se realizaron hacia fines de la década de los sesenta. Pero no fue sino hasta que se comenzaron a utilizar los medicamentos antirrechazo (inmunosupresores) en la década de los ochenta que el procedimiento llegó a ser una operación aceptada. En la actualidad, los trasplantes cardíacos dan esperanzas a un grupo de pacientes que de lo contrario moriría de insuficiencia cardíaca.
La necesidad de un trasplante cardíaco puede deberse a uno de varios problemas cardiovasculares que dañan el músculo cardíaco. Los dos problemas cardiovasculares más comunes son la cardiomiopatía idiopática (enfermedad del músculo cardíaco de origen desconocido) y la enfermedad arterial coronaria (la acumulación de placa en las arterias del corazón).
A medida que la enfermedad cardiovascular se agrava, el corazón se debilita y va perdiendo la capacidad de bombear sangre rica en oxígeno al resto del organismo. Como el corazón debe esforzarse más para bombear sangre al organismo, trata de compensar aumentando de tamaño (hipertrofia). Con el tiempo, el corazón se esfuerza tanto para bombear la sangre que puede simplemente desgastarse por efecto de la enfermedad y no poder satisfacer siquiera las más pequeñas necesidades de sangre del organismo. A veces los medicamentos, los dispositivos de asistencia mecánica cardíaca y otros tratamientos pueden ayudar e incluso mejorar el estado de salud del paciente. Pero cuando estos tratamientos no son eficaces, el trasplante es la única opción.


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