jueves, 28 de marzo de 2013

TRANPLANTE

Trasplante cardíaco








Los primeros trasplantes cardíacos se realizaron hacia fines de la década de los sesenta. Pero no fue sino hasta que se comenzaron a utilizar medicamentos antirrechazo (inmunosupresores) en la década de los ochenta que el procedimiento llegó a ser una operación aceptada. En la actualidad, los trasplantes cardíacos dan esperanzas a un grupo de pacientes que de lo contrario moriría de insuficiencia cardíaca.
El programa de trasplantes del St. Luke's Episcopal Hospital y el Texas Heart Institute (SLEH/THI), establecido en 1982, es uno de los de mayor experiencia y éxito del mundo. Nuestros cirujanos han realizado más de 1150 trasplantes. La clave del éxito del programa es un equipo de trasplantes integrado por profesionales altamente capacitados, entre ellos, cirujanos, cardiólogos, enfermeros, personal de quirófano, asistentes sociales, psicólogos, dietistas, especialistas en rehabilitación y muchos otros. El equipo trata de satisfacer todas las necesidades de los candidatos a trasplante, incluso las emocionales, familiares y financieras.
Motivos para realizar un trasplante
La necesidad de un trasplante cardíaco puede deberse a uno de varios problemas cardiovasculares que dañan el músculo cardíaco. Los dos problemas cardiovasculares más comunes son la enfermedad arterial coronaria (la acumulación de placa en las arterias del corazón) y la cardiomiopatía idiopática (enfermedad del músculo cardíaco de origen desconocido).
A medida que la enfermedad cardiovascular se agrava, el corazón se debilita y va perdiendo la capacidad de bombear sangre rica en oxígeno al resto del organismo. Como el corazón debe esforzarse más para bombear sangre al organismo, trata de compensar aumentando de tamaño (hipertrofia). Con el tiempo, el corazón se esfuerza tanto para bombear sangre que simplemente se «desgasta» y ya no puede satisfacer siquiera las más simples necesidades del organismo. A veces losmedicamentos, los dispositivos de asistencia mecánica cardíaca y otros tratamientos pueden ayudar e incluso mejorar el estado de salud del paciente. Pero cuando estos tratamientos no dan resultado, el trasplante es la única opción.
El primer paso para un trasplante
En la mayoría de los casos, el médico personal es quien hace la primera consulta respecto de un trasplante. Los médicos que se comunican con un equipo de trasplantes hablan de los antecedentes médicos del paciente, su estado actual de salud, su capacidad física, los resultados de los estudios y otra información importante. Se les solicita a estos médicos que envíen los expedientes del paciente al equipo de trasplantes para que pueda estudiar cuidadosamente sus antecedentes médicos. A continuación se realiza una evaluación completa del paciente a fin de determinar la gravedad de la enfermedad y si otros tratamientos serían eficaces.
Los candidatos a trasplante que tienen los mejores resultados son los menores de 60 años de edad que no tienen problemas médicos graves aparte de los relacionados con el corazón. Cuando los pacientes tienen más de 60 años de edad, se considera cada uno individualmente para determinar si serían buenos candidatos.
El aspecto económico
Incluso cuando se satisfacen los requisitos médicos para un trasplante, queda un gran obstáculo económico que debe superarse. El trasplante cardíaco es un procedimiento caro. Medicare y muchos seguros privados cubren el trasplante cardíaco, por lo cual algunas familias no tienen que preocuparse. Pero algunas personas deben pagar por el trasplante con su propio dinero. Con la ayuda de los asistentes sociales, directores financieros y otros profesionales del hospital, los pacientes que no tienen seguro o ahorros suficientes pueden encontrar otras fuentes de financiación. Aún así, la responsabilidad final del pago del trasplante recae en el paciente y su familia.
La espera por un corazón nuevo
Una vez que el paciente es aceptado en un programa de trasplantes, comienza la espera por un corazón nuevo. Una serie de factores determina el lugar que ocupa un paciente en la lista de espera por un corazón donado, entre ellos, el grupo sanguíneo y el tamaño del corazón (factores que deben ser compatibles con los del donante), el estado de salud del paciente y cuánto tiempo puede esperar por un corazón nuevo. El orden de los pacientes en la lista de espera puede cambiar. A veces, algunos pacientes mejoran lo suficiente gracias a otros tratamientos, como para ser borrados de la lista. El estado de salud de otros pacientes, en cambio, podría agravarse, en cuyo caso su nombre subiría en la lista.
El uso de dispositivos de asistencia ventricular izquierda ha reducido la urgencia para encontrar un corazón donado. Estos dispositivos se conectan al corazón durante una operación. Ayudan al corazón a bombear (dándole tiempo para descansar) hasta que pueda trasplantarse un corazón sano. Algunos de estos dispositivos pueden mantener con vida a los pacientes durante muchos meses y mejorar considerablemente su calidad de vida y estado general de salud. En algunos casos, el estado del corazón puede mejorarse lo suficiente con sólo dejarlo descansar, como para evitar un trasplante.
La ley de la oferta y la demanda
Para muchos pacientes lo más difícil del proceso de trasplante es la espera por un corazón donado. Nadie sabe cuándo se recibirá la llamada o cuánto tiempo durará la espera. Lamentablemente, esta parte del proceso está fuera del control humano.
La demanda de corazones donados es superior a la oferta. En todo momento, hay aproximadamente 3.000 pacientes en la lista de espera nacional de trasplantes cardíacos, pero se donan sólo unos 2.200 corazones por año para trasplantes. En los Estados Unidos, la United Network for Organ Sharing o UNOS (Red Unida para la Distribución de Órganos) establece el orden de prioridad para trasplantes cardíacos, agrupando a los pacientes según la gravedad de su enfermedad cardiovascular. Esto permite que se considere primero a los pacientes que más necesitan un trasplante. Los grupos se clasifican de la siguiente manera:
  • Estado 1A: incluye pacientes muy enfermos que necesitan inótropos o asistencia mecánica (dispositivos de asistencia ventricular izquierda) en forma constante; estos pacientes tienen una esperanza de vida inferior a un mes sin un trasplante.
  • Estado 1B: incluye pacientes en estado estable que necesitan inótropos o asistencia mecánica (dispositivos de asistencia ventricular izquierda) en forma constante; estos pacientes tienen una esperanza de vida superior a un mes sin un trasplante.
  • Estado 2: todos los pacientes que no satisfacen los criterios precedentes.
Los corazones donados generalmente se obtienen de gente que ha fallecido de lesiones que no han afectado al corazón. Puede ser difícil encontrar candidatos a trasplantes compatibles con estos donantes. En primer lugar, los pacientes que sufren traumatismos deben ser llevados a un hospital y ser identificados como donantes rápidamente. El hospital debe contar con autorización para extraer el corazón del donante. Deben realizarse estudios médicos y análisis de laboratorio para determinar el estado del corazón donado y el grupo sanguíneo del donante. Cuando el donante y el candidato se encuentran en diferentes puntos del país, se convierte en una carrera contra el tiempo. Un corazón donado no debe permanecer fuera del cuerpo durante más de cuatro horas ya que puede deteriorarse. En los Estados Unidos, 141 programas de trasplantes aprobados por la red UNOS trabajan juntos para asegurar que cada corazón donado que pueda ser utilizado lo sea.
Termina la espera
El paciente debe llevar siempre consigo un buscapersonas (beeper) para poder ser notificado de inmediato en cuanto haya un corazón disponible. Tras recibir la noticia tan esperada, es fundamental actuar rápidamente. El paciente debe someterse a una evaluación final y se le realizan análisis de laboratorio en el hospital antes de ser llevado al quirófano. Si no hay complicaciones, un trasplante toma aproximadamente tres horas.
Tras el trasplante, el paciente permanece uno o dos días en la sala de reanimación, dos o tres días en la unidad de terapia intensiva y aproximadamente siete días en una habitación privada en la unidad de trasplantes. Durante este tiempo, el paciente es vigilado constantemente y se le realizan estudios tales como biopsias cardíacas periódicas. La biopsia cardíaca consiste en extirpar pequeños trozos de tejido del corazón nuevo a fin de determinar si el organismo está rechazando el órgano. Durante un período de tres meses tras el alta del hospital, el paciente debe regresar para realizarse chequeos periódicos. Estos chequeos permiten que los miembros del equipo de trasplantes detecten de inmediato los síntomas de un rechazo u otra complicación.
Aunque la mayoría de los trasplantes son exitosos, algunos no tienen los resultados esperados. En algunos casos, el corazón donado simplemente no funciona. Esto se denomina «fallo del injerto» y se pone de manifiesto en el quirófano o inmediatamente después de la intervención quirúrgica. Otra de las principales causas de fracaso es el «rechazo del tejido». El sistema inmunitario sabe que el corazón donado es un tejido extraño y trata de destruirlo, como si fuera un virus o algún otro patógeno. La única manera de detectar síntomas de rechazo es mediante biopsias periódicas de tejido cardíaco.
Las personas que han recibido un trasplante tienen un mayor riesgo de infección, especialmente durante los tres meses siguientes al trasplante, debido a los medicamentos que deben tomar para evitar un rechazo. Estos medicamentos, denominados «inmunosupresores», hacen más difícil para el organismo combatir las enfermedades. A veces debido a estos medicamentos una infección puede convertirse en un problema médico grave mucho tiempo después del trasplante.
Vuelta a la vida normal
Con el cuidado debido y siguiendo los consejos del médico, los pacientes que tienen la suerte de recibir un corazón donado pueden llevar una vida plena y productiva.


Información general sobre cirugía cardiovascular

Se realizan miles de intervenciones cardíacas todos los días en los Estados Unidos. Tan sólo en el año 2009, se realizaron casi416.000 procedimientos de bypass coronario. Y aunque existe una escasez de órganos donados, en el año 2010 más de 2.300 personas recibieron trasplantes cardíacos.

Hace años, muchos médicos pensaban que la cirugía cardiovascular era un sueño. Durante la Segunda Guerra Mundial, los cirujanos habían aprendido a operar el corazón pero no podían poner en práctica lo aprendido porque era difícil operar un corazón que latía y se movía. Además, no era posible detener el corazón por más de unos pocos minutos sin causar daño cerebral.
Dos adelantos importantes en medicina hicieron posible la cirugía cardiovascular:
  • La máquina de circulación extracorpórea, que asume las funciones del corazón.
  • Las técnicas de enfriamiento corporal, que permiten prolongar el tiempo de la intervención sin causar daño cerebral.
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Los perfusionistas operan la máquina de circulación extracorpórea durante una intervención de corazón abierto.

¿Qué es la máquina de circulación extracorpórea?
La máquina de circulación extracorpórea también se denomina máquina de derivación cardiopulmonar. Asume las funciones del corazón encargándose de la acción de bombeo y oxigenando la sangre. De esta manera, el corazón permanece inmóvil durante la operación, lo cual es necesario para abrir el corazón (cirugía de corazón abierto). Como la máquina de circulación extracorpórea asume las funciones del corazón, los cirujanos pueden operar un corazón que ni se mueve ni está lleno de sangre.
Cuando el paciente está conectado a una máquina de circulación extracorpórea, ésta realiza las mismas funciones que realizarían el corazón y los pulmones. La máquina transporta la sangre desde la cavidad superior derecha del corazón (la aurícula derecha) a un recipiente especial denominado «oxigenador». Dentro del oxigenador las burbujas de oxígeno se mezclan con la sangre y se introducen en los glóbulos rojos. Esto hace que la sangre cambie de color rojo oscuro (pobre en oxígeno) a rojo vivo (rica en oxígeno). A continuación, un filtro retira las burbujas de aire de la sangre rica en oxígeno y la sangre pasa por un tubo de plástico hasta llegar al principal conducto de sangre del organismo (la aorta). Desde la aorta, la sangre llega al resto del organismo.
La máquina de circulación extracorpórea puede suplir las funciones del corazón y los pulmones por varias horas. Unos técnicos capacitados denominados «perfusionistas» (especialistas en flujo sanguíneo) se aseguran de que la máquina funcione correctamente durante la intervención quirúrgica. Aun así, los cirujanos tratan de limitar el tiempo que los pacientes permanecen conectados a la máquina.
¿Qué son las técnicas de enfriamiento?
Las técnicas de enfriamiento permiten detener el corazón durante períodos prolongados sin dañar el tejido cardíaco. Las temperaturas bajas evitan que el tejido cardíaco se dañe porque reducen la necesidad de oxígeno del corazón.
El corazón puede enfriarse de dos maneras:
  • La sangre se enfría al pasar por la máquina de circulación extracorpórea. A su vez, esta sangre enfriada reduce la temperatura corporal al introducirse en el organismo.
  • Se baña el corazón en agua salada (solución salina) fría.
Cuando el corazón se ha enfriado se enlentece y se detiene. La inyección de una solución especial de potasio en el corazón puede acelerar este proceso y detener el corazón por completo. De esta manera, el tejido cardíaco generalmente no sufre daños durante unas 2 a 4 horas. 


Una intervencion de bypass coronario vista desde la copula de observacion
Una intervención de bypass coronario vista desde la cúpula de observación.



¿Quién está en el quirófano durante la intervención? 


Durante una intervención cardíaca, un grupo altamente capacitado trabaja en equipo. La siguiente es una lista de las personas que están en el quirófano durante una intervención cardíaca.
  • El cirujano cardiovascular, que dirige el equipo quirúrgico y realiza las partes clave de la intervención.
  • Los cirujanos ayudantes, que siguen las instrucciones del cirujano cardiovascular.
  • El anestesiólogo cardiovascular, que administra los medicamentos que duermen al paciente durante la intervención (anestesia). El anestesiólogo se asegura de que el paciente reciba la cantidad adecuada de medicamento durante la cirugía y se encarga de vigilar el respirador, que es el aparato que sustituye la respiración del paciente durante la intervención.
  • El perfusionista, que opera la máquina de circulación extracorpórea.
  • Las enfermeras cardiovasculares, que han recibido capacitación especial para ayudar durante una intervención cardíaca.
¿Qué tipos de intervenciones cardíacas y vasculares existen?
En la actualidad, se realizan muchas intervenciones diferentes del corazón y los vasos sanguíneos.
Bypass coronario
Esta es la intervención cardíaca más común. También se la denomina bypass aortocoronario con injerto, derivación aortocoronaria, bypass aortocoronario, revascularización quirúrgica o intervención de bypass.
La operación consiste en coser una sección de una vena de la pierna o una arteria del pecho u otra parte del cuerpo a fin de sortear una sección de una arteria coronaria dañada. El procedimiento crea una nueva ruta por la que puede pasar la sangre, para que el músculo cardíaco pueda recibir la sangre rica en oxígeno que necesita para funcionar adecuadamente.
Durante una intervención de bypass, se divide el esternón, se detiene el corazón y la sangre se deriva a una máquina de circulación extracorpórea. A diferencia de otros tipos de intervenciones cardíacas, no se abren las cavidades del corazón durante una intervención de bypass.
Cuando hablamos de un bypass simple, doble, triple o cuádruple, nos referimos al número de arterias que se sortean. El número de derivaciones no indica necesariamente la gravedad de la enfermedad cardiovascular.

Reparación o sustitución valvular
El corazón bombea la sangre en una sola dirección. Las válvulas cardíacas desempeñan un papel clave en este flujo unidireccional de sangre, al abrirse y cerrarse con cada latido. Los cambios de presión detrás y delante de las válvulas les permiten abrir sus «puertas» que son como hojuelas (denominadas «valvas») precisamente en el momento debido y luego cerrarlas firmemente para evitar el retroceso de la sangre.
Dos de los problemas más comunes de las válvulas que requieren una intervención quirúrgica son:
  • La estenosis, que significa que las valvas no se abren lo suficiente y sólo puede pasar una pequeña cantidad de sangre por la válvula. Se produce una estenosis cuando las valvas se engrosan, se endurecen o se fusionan. Es necesario realizar una intervención quirúrgica para abrir la válvula existente o sustituirla por una nueva.
  • La regurgitación, que también se denomina «insuficiencia» o «incompetencia», significa que la válvula no cierra bien y permite que se produzca un escape retrógrado de sangre en lugar de que ésta fluya hacia adelante como corresponde. Es necesario realizar una intervención quirúrgica para ajustar o sustituir la válvula.
La reparación quirúrgica de una válvula implica la reconstrucción de la válvula por un cirujano, para que ésta funcione correctamente. La sustitución valvular consiste en sustituir una válvula existente por una válvula biológica (hecha de tejido animal o humano) o por una válvula mecánica (hecha de materiales tales como el plástico, el carbono o el metal).

Cirugía antiarrítmica
Toda irregularidad del ritmo natural del corazón se denomina «arritmia». Las arritmias típicamente se tratan primero con medicamentos. Otros tratamientos pueden incluir:
  • La cardioversión eléctrica, que es cuando el cardiólogo o cirujano emplea unas paletas para administrar una descarga eléctrica al corazón a fin de normalizar el ritmo cardíaco.
  • La ablación con catéter, que es cuando el cardiólogo emplea un instrumento especial para destruir las células que causan la arritmia. El procedimiento se realiza en el laboratorio de cateterización cardíaca.
  • Dispositivos de estimulación y control del ritmo, tales como los marcapasosy los desfibriladores cardioversores implantables (DCI).Estos dispositivos pueden implantarse en el quirófano o el laboratorio de cateterización.
Cuando estos tratamientos no son eficaces, podría ser necesaria una intervención quirúrgica. Un tipo de intervención antiarrítmica es la cirugía de Cox (técnica de laberinto). En esta intervención, los cirujanos crean un «laberinto» de nuevas vías de conducción eléctrica para que los impulsos eléctricos puedan propagarse fácilmente por el corazón. La cirugía de Cox se utiliza típicamente para tratar un tipo de arritmia denominada «fibrilación auricular». La fibrilación auricular es el tipo más común de arritmia.

Reparación de aneurismas
Un aneurisma es una dilatación parecida a un globo que se produce en un vaso sanguíneo o en la pared del corazón. Se produce un aneurisma cuando se debilita una pared de un vaso sanguíneo o del corazón. La presión de la sangre empuja la pared hacia afuera y forma lo que podría describirse como una ampolla. Los aneurismas a menudo pueden repararse antes de que se rompan.
La intervención quirúrgica para repararlos entraña sustituir la sección debilitada del vaso sanguíneo o corazón con un parche o tubo sintético (un injerto).
Los aneurismas en la pared del corazón se producen típicamente en la cavidad inferior izquierda (ventrículo izquierdo). Estos aneurismas se denominan «aneurismas ventriculares izquierdos» y pueden formarse tras un ataque cardíaco. (Un ataque cardíaco puede debilitar la pared del ventrículo izquierdo.) Si un aneurisma ventricular izquierdo ocasiona un latido irregular o una insuficiencia cardíaca, posiblemente deba realizarse una intervención de corazón abierto para extirpar la parte dañada de la pared.

Revascularización transmiocárdica con láser (RTML)
La angina de pecho es el dolor que se manifiesta cuando uno de los vasos sanguíneos del corazón (denominados «arterias coronarias») se daña y no puede suministrar suficiente sangre a una parte del corazón para satisfacer su necesidad de oxígeno. El aporte deficiente de sangre rica en oxígeno al corazón se denomina «isquemia». La angina generalmente se produce cuando el corazón tiene una mayor necesidad de sangre rica en oxígeno, por ejemplo, durante el ejercicio físico. La angina casi siempre es ocasionada por una enfermedad arterial coronaria (EAC).
La revascularización transmiocárdica con láser (RTML) es un procedimiento que consiste en emplear un láser para crear pequeños canales en el músculo cardíaco, a fin de que la sangre pase directamente al músculo cardíaco desde una de las cavidades del corazón. Al aumentar el flujo de sangre, el corazón recibe más oxígeno. Este procedimiento sólo se realiza como último recurso. Por ejemplo, podría realizarse en pacientes que han sido sometidos a muchas intervenciones de bypass coronario y no pueden someterse a otra.

Endarterectomía carotídea
La enfermedad de las arterias carótidas es una enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos que conducen a la cabeza y el cerebro. Al igual que el corazón, las células del cerebro necesitan un constante suministro de sangre rica en oxígeno. Esta sangre llega al cerebro por medio de las dos grandes arterias carótidas ubicadas en la parte delantera del cuello y las dos arterias vertebrales más pequeñas ubicadas en la parte trasera del cuello. Las arterias vertebrales derecha e izquierda se unen en la base del cerebro y forman la denominada arteria basilar. Un accidente cerebrovascular (o ataque cerebral) se produce más comúnmente cuando la placa grasa obstruye las arterias carótidas y el cerebro no recibe suficiente oxígeno.
La endarterectomía carotídea es el tratamiento quirúrgico más común para la enfermedad de las arterias carótidas. Primero se realiza una incisión en el cuello en el lugar donde se encuentra la obstrucción. A continuación se introduce un tubo por encima y por debajo de la obstrucción para derivar el flujo sanguíneo, a fin de poder abrir la arteria carótida y limpiarla.
La endarterectomía carotídea también puede realizarse empleando una técnica con la cual no es necesario derivar el flujo sanguíneo. En este procedimiento se detiene el flujo de sangre sólo el tiempo suficiente para limpiar la arteria.

Trasplante cardíaco
Los primeros trasplantes cardíacos se realizaron hacia fines de la década de los sesenta. Pero no fue sino hasta que se comenzaron a utilizar los medicamentos antirrechazo (inmunosupresores) en la década de los ochenta que el procedimiento llegó a ser una operación aceptada. En la actualidad, los trasplantes cardíacos dan esperanzas a un grupo de pacientes que de lo contrario moriría de insuficiencia cardíaca.
La necesidad de un trasplante cardíaco puede deberse a uno de varios problemas cardiovasculares que dañan el músculo cardíaco. Los dos problemas cardiovasculares más comunes son la cardiomiopatía idiopática (enfermedad del músculo cardíaco de origen desconocido) y la enfermedad arterial coronaria (la acumulación de placa en las arterias del corazón).
A medida que la enfermedad cardiovascular se agrava, el corazón se debilita y va perdiendo la capacidad de bombear sangre rica en oxígeno al resto del organismo. Como el corazón debe esforzarse más para bombear sangre al organismo, trata de compensar aumentando de tamaño (hipertrofia). Con el tiempo, el corazón se esfuerza tanto para bombear la sangre que puede simplemente desgastarse por efecto de la enfermedad y no poder satisfacer siquiera las más pequeñas necesidades de sangre del organismo. A veces los medicamentos, los dispositivos de asistencia mecánica cardíaca y otros tratamientos pueden ayudar e incluso mejorar el estado de salud del paciente. Pero cuando estos tratamientos no son eficaces, el trasplante es la única opción.


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